La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Iosias

(ubi est incensum domini uel salus domini: donde se encuentra el incienso del Señor o la salvación del Señor)

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2 Re 22, 1-2: “Josías tenía ocho años cuando subió al trono, y reinó treinta y un años en Jerusalén. Su madre se llamaba Yedidá, hija de Adaya, de Boscat. Hizo lo que es justo a los ojos del Señor y anduvo por los caminos de su padre David, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda.”

Este grupo familiar, de gran fuerza emotiva, con el padre dormido en primer plano y la madre que estrecha a su hijo inmediatamente detrás, puede ser interpretado, según el primer nombre que aparece en la tabla de la luneta situada debajo, como la familia del pequeño Josías, futuro rey de Israel. El hombre tendido en el suelo sería su padre Amón, al que la Biblia llama el pérfido idólatra.

Josías fue el decimosexto rey de Judá (639-609 a. de C.) y, junto con David y Ezequías, se le considera uno de los mejo­res y más devotos reyes de este reino. En efecto, acabó con el culto a las divinidades y renovó el templo de Jerusalén. Durante los trabajos de restauración se recuperó el libro de la Ley, lo que le impulsó a llevar a cabo una nueva ordena­ción de la liturgia y a renovar la Alianza del Sinaí.

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