La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Booz y Obeth

(in quo robur e serviens: en el que se encuentra la fuerza y el siervo)

Ruth 2, 1: “Noemí tenía, por parte de su marido, un pariente muy rico llamado Booz, de la familia de Elimélec.”

Ruth 4, 13 y 17: “Booz se casó con Ruht, se unió a ella, y el Señor hizo que concibiese y tuviera un hijo… Las vecinas decían: «A Noemí le ha nacido un hijo». Y lo llamaron Obed, que fue el padre de Jesé, padre de David.”

Esta es la luneta en la que las figuras se reconocen mejor gracias a las indicaciones dadas por los textos bíblicos. Efectivamente, al rico Booz se le había predicho que un niño aliviaría su vejez. Y así, en la parte opuesta a la del anciano y caricaturesco Booz, se ve a su dulce mujer Ruth que mece con amor al pequeño Obed al que acaba de amamantar, como se ve por el seno que sale del vestido. Booz está representado en hábito de peregrino, con el gorro en la espalda, la cantimplora colgada del costado y, en la mano, un bastón rematado con una cabeza esculpida que parece tener con el anciano un animado diálogo.

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