La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Simbología Asaf, Iosaphat y Ioram

Por primera vez encontramos dificultades para interpretar los detalles del fresco dedicado a los reyes Asa, Josafat y Joram. En el fresco del gajo debe reconocerse, en primer lugar, a la familia de Asá, a quien se identifica claramente al lado de Azuba, su mujer, y su hijo Josafat.

De acuerdo con las inter­pretaciones hasta ahora compartidas, Miguel Ángel representó en la luneta a Josafat, su mujer y Joram, su hijo. Pero el personaje que aparece a la izquierda de la luneta, y que de acuerdo con este esquema deberíamos interpretar como el rey Josafat, se presenta en el acto de escribir una carta. En las Escrituras se habla de la carta de amonestación que el profeta Elías escribió al hijo de Jo­safat, quien, contrariamente a su padre, favoreció la ido­latría (2 Cro 21, 12-15). Pero el personaje pintado en la luneta escribiendo una carta difícilmente puede repre­sentar al profeta. ¿Acaso Miguel Ángel confundió al escribiente con el destinatario? En este caso nos encontra­ríamos ante el rey Joram, y a su derecha figuraría la céle­bre Atalía. Pero también esto correspondería difícilmente a la verdad. En esta figura veríamos más bien a la mujer de Josafat, cuyo nombre nos es desconocido. Sólo nos queda por pensar que Miguel Ángel no debió prestar de dema­siada atención a su consejero en teología, pues atribuye a Josafat la carta escrita por el profeta Elías. También puede ser que no se trate de todo esto en absoluto y tenga otro significado.

En esta imagen, la ma­dre representada con los tres niños, el más pequeño de los cuales se abraza a su cuello, el mediano se dispone a tomar el pecho, y el mayor es sostenido por su brazo izquierdo, constituiría la clásica representación de la Charitas. Es evidente que en los frescos de los gajos y las lunetas de la capilla papal pintados dentro del espacio reservado al cle­ro, el sanctasanctórum, se ha prestado más atención a las figuras femeninas que a las masculinas. Probablemente porque tanto en la madre como en la esposa se ha visto invariablemente la imagen de la Iglesia. Sin embargo, podría ser que, llegado a este punto de su actividad en la capilla, Miguel Ángel se distanciara de sus asesores en teología más de cuanto había hecho en un principio.

 

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