La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Simbología Salvados de la izquierda

El grupo de las santas mujeres: La Ecclesia

Las mujeres que vemos en el lado izquierdo del fresco, ayudándose las unas a las otras para subir al cielo lleno de nubes, aparecen entre una anciana, vestida del color violeta de la penitencia, situada arriba, a la izquierda, y un grupo formado por dos personas que se encuentra en el centro. En la mujer anciana que lleva la vestimentaEclesia 05 penitencial reconocemos a Eva, madre de todos los humanos. Eclesia 01El grupo de dos personas recuerda a Niobe y a su hija más joven tal como las representaba la escultura clásica. La más joven se ha acercado a la anciana, abrazándose a su muslo, y se cubre con la vestimenta roja del amor; la otra viste de verde y lleva una faja azul por debajo de los pechos desnudos, que subrayan su condición de madre. La vestimenta verde de la esperanza indica, probablemente, que se trata de una viuda. Mira a Cristo. En la representación de estas dos mujeres, Miguel Ángel posiblemente pretendió juntar las dos principales tipologías de santas: las vírgenes y las viudas.

Eclesia 02La mujer más cercana es Judit, fácil de identificar si se compara con otras de las mujeres pintadas anteriormente por el artista en la capilla. Su tocado, con una cofia revestida de un motivo ornamental cruciforme, corresponde al de la Judit de la trompa de la entrada a la capilla donde esta heroína aparece junto al cuerpo decapitado de Holofernes (ils. 159, 160, 161). Lo mismo que aquella Judit, también ésta se gira hacia atrás y nos impide ver su rostro. Lleva una vestimenta verde y amarilla que deja al descubierto los hombros y la espalda y tiene las piernas envueltas por el manto violáceo de la penitencia, porque antes de cumplir su acto de valentía rezó y ayunó vestida de penitente y luego se vistió de gala para engañar a Holofernes (Jdt 9, 1 y 10, 3). ¿Acaso su vestimenta verde y amarilla, colores del pecado, pretende recordar aquel engaño?

Esta Judit tiende el brazo izquierdo hacia una figura con el torso desnudo, y se la puede reconocer como esposa por su peinado en forma de corona. Una mujer con un vestido rojo y un velo blanco se inclina hacia ella. Estos colores suelen caracterizar la personificación de la Iglesia, mientras que el amarillo claro pecaminoso, personifica a la Sinagoga. Ya hemos visto que Miguel Ángel para simbolizar el pecado eligió un color amarillo que tiende a convertirse en verde. ¿Acaso deba interpretarse esta Judit como una personificación de la Sinagoga socorrida por la Iglesia?

Salvados 06Entre Judit y la mujer que, por los colores de su vestimenta, que recuerdan la fe y el amor, debe simbolizar la Iglesia, aparece por la izquierda otra, arrodillada, que también lleva el peinado de esposa. Su vestido reluce como la plata y el manto que envuelve sus caderas es de un dorado resplandeciente, significando por lo tanto la paloma con las alas de plata y el dorso dorado, las «posteriora dorsi in pallore auri» del salmo 67 (68), 14 según la redacción de la Vulgata. Su vestimenta es parecida a la de la esposa representada en el fresco de Signorelli y de la sibila Líbica en la bóveda de la capilla, y su mirada se dirige al espectador por encima del hombro de Judit. Tiene el brazo apoyado en el hombro de una compañera cuyas piernas se hallan envueltas por el manto azul de la contemplación. Esta última, a su vez, eleva los brazos hacia otro grupo de mujeres que se encuentran en un nivel de nubes más alto. Salvados 07Desde allí, una compañera se inclina hacia sus brazos para ayudarla. También esta figura lleva el peinado de la esposa, por lo que podría hacernos pensar en Ester, cuya intercesión salvó al pueblo en peligro de muerte. La mujer anciana, vestida de gris, que mira hacia arriba, en su dirección, podría ser la sibila Pérsica, sin embargo los rasgos de su cara son similares a los de la Cumana representada en la bóveda de la capilla.

A la izquierda, al lado del personaje que hemos interpretado como Ester, hay una mujer con los pechos desnudos, por consiguiente, una madre, que con la mano izquierda trata de llamar la atención del grupo de mujeres que intentan ascender detrás de Judit. Su mirada se dirige hacia la derecha, es decir, hacia Cristo. ¿Pensó Miguel Ángel, al pintar esta figura, en la sibila Eritrea? De ser verdad, habremos identificado a tres de las sibilas pintadas en la bóveda de la capilla. Dejando aparte a Judit y a las dos figuras que podrían ser Niobe y su hija pequeña, en esta zona del fresco contamos diez mujeres, número que corresponde al de las sibilas.

Salvados 03bA la derecha, cerca de esta área, se concede una importancia especial a la figura de una mujer, casi completamente desnuda, de cuya cabeza desciende un largo velo azul que llega hasta el banco de nubes. Se trata de Raquel, que se vuelve hacia su compañera Lía, quien le tiende la mano izquierda como si estuviera recibiendo un don. Esto significa que en la eternidad, a la que conduce el Juicio Final, la vida activa sigue siendo acogedora y recibe de la contemplación todo lo que constituye su vitalidad. El don de Raquel consiste en dedicarse por completo a su compañera.

Este dar y recibir implica también a una mujer africana de piel oscura cuya cabeza asoma detrás del hombro de Raquel. ¿Podría ser la esposa de Cam, hijo de Noé, así como, según la tradición de los libros sibilinos, la sibila Eritrea se convirtió en esposa de Jafet? Detrás de la figura que podríamos identificar con Eritrea, descubrimos a una mujer orante completamente cubierta por un velo blanco. Es muy posible que Miguel Ángel pensara en una personificación de la fe; una tira de tela de color amarillo azafrán que vemos en su hombro izquierdo remite al don del discernimiento espiritual.

Eclesia 04A su izquierda se encuentra una figura completamente vestida de rojo, la personificación del amor. A la derecha, al fondo, una mujer con un manto verde que le cubre los senos ocupa una posición destacada y mira a lo alto en dirección a la bóveda, hacia el punto en que el artista pintó la Separación de la luz y las tinieblas. Esta figura, probablemente la imagen de la esperanza, tal vez represente a la esposa de Noé, madre de todos los humanos después del Diluvio Universal.

Eclesia 08Por encima de la mujer africana se ve un rostro especialmente hermoso, con el cabello de un color rubio dorado y una faja azul alrededor de la cabeza. Si la mujer africana es la esposa de Cam, ésta deberá ser la de Sem, aunque sus cabellos y su piel clara evocan a una mujer europea. A la izquierda, al lado de la esposa de Noé, una mujer vestida de rojo señala hacia lo alto, en dirección a la bóveda de la capilla, es decir, en la misma dirección que mira la figura vestida de blanco que tiene delante. Ambas dirigen sus ojos hacia el punto de la bóveda donde se halla pintado Jeremías, el profeta que, si bien inútilmente, en ningún momento dejó de exhortar a los habitantes de Jerusalén para que se convirtieran, hasta que se produjo la catástrofe con la toma y destrucción de la ciudad por parte de los babilonios. Cabe preguntarse si esta referencia al profeta pretende recordar un suceso de la misma época que el fresco, el Saco de Roma, la toma de la ciudad por parte de los pueblos nórdicos, ocurrida en 1527 y ya anunciada algunos siglos antes por Gioacchino da Fiore. En nuestra opinión, es posible que, una vez más, una idea de Gioacchino influyera en esta pintura.

Arriba, en el extremo izquierdo, en la imposta del arco, se halla sentada una madre anciana, tostada por el sol y con los pechos al descubierto. Su velo es blanco agrisado, opaco, y su manto, que le cubre las rodillas, es del color violeta de la penitencia. Se trata de Eva, la madre de todos los seres humanos, que después de haber cometido el pecado original dedicó su vida al trabajo y a la penitencia. Cuando Miguel Ángel pintó la figura vestida de rojo que señala en dirección a la bóveda, probablemente pensó en una de las hijas de Eva. Esta, junto con las mujeres situadas en la parte superior, representan a las primeras mujeres justas, que vivieron antes del diluvio y no conocemos. En la pintura, resulta muy difícil distinguirlas de los ángeles que las acompañan, pues en el cielo los justos serán como los ángeles (Mt 22, 30).

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