La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Los Ignudi y los medallones de bronce

Ignudi 12dLos Ignudi, espejo de lo divino
Junto a los espacios situados al centro de los grandes arcos, están sentados en los plintos de piedra veinte Desnudos, dispuestos en parejas simétricas a los lados de los medallones dorados con historias tomadas del Antiguo Testamento. Estos Desnudos son una de las más misteriosas y geniales invenciones de Miguel Ángel.

Para algunos, se trata de ángeles sin alas, pero, según la interpretación más corriente, representan la pura esencia del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios. Están doblados, casi torcidos por el impulso de un movimiento secreto e imposible de dete­ner, a veces convergentes hacia el centro, a veces divergentes, pero siempre en ten­sión.

Las distintas expresiones, desde la muda contemplación hasta el grito de desespera­ción, desde la resignación melancólica hasta el más loco terror, representan la imagen de la humanidad que reacciona ante la realización del misterioso designio que hace al hombre esclavo del pecado. Su lenguaje corpóreo sirve para aumentar la expresividad de las escenas del Génesis y exaltar la belleza del cuerpo humano, considerada culmi­ne de la creación divina y arquitectura perfecta, compleja, dinámica, expresiva.

Los Desnudos, así como la figura de Adán extendida en el suelo, se han de ver como manifestación de la dignidad humana, espejo de lo divino. Así los interpretó también Juan Pablo II en la homilía pronunciada con ocasión del fin de las restauraciones de la obra de Miguel Ángel.

Estas parejas de desnudos sostienen grandes fardos vegetales y, mediante cintas, los medallones de bronce. Su inspiración parece ser el torso del Belvedere y las hojas de roble y las bellotas que sostienen son una alusión al apellido del papa Julio II, Della Rovere (Del Roble). Están ubicados encima de los videntes y suman un total de veinte.

Estos cuerpos desnudos no son sólo adornos formales con los que Miguel Ángel demuestra sus habilidades. No se pueden interpretar como cariátides o atlantes, puesto que no sostienen nada, ni como esclavos por no estar encadenados. Todos ellos están integrados dentro del programa iconográfico de la Sixtina y ejercen como figuras mediadoras tanto en lo formal como en lo conceptual. No es gratuito que ocupen el espacio que en el primer boceto de la capilla estaba reservado a los ángeles. No olvidemos que Miguel Ángel  frecuentaba representar a los ángeles sin alas, tal como podemos apreciar el el contiguo fresco de El Juicio Universal.  Esta concepción de mediadores entre los divino y lo humano también es aplicable a los putti que rodean a Sibilas y Profetas. Según las últimas investigaciones, parece lícito el relacionar estos ignudi con el florecer de la Edad de Oro bajo Julio II, tal como apuntaba Vasari.

Los movimientos de los Ignudi aumentan en agitación a medida que se acercan a la pared del altar. Los pintados al comienzo, están en equilibrio como resultado de la simetría de cada pareja. A medida que el trabajo avanza, Miguel Ángel prefiere equilibrarlos contraponiendo sus movimientos. El dramatismo de sus gestos y actitudes que van invadiendo progresivamente el espacio pictórico de las escenas del Génesis parecen ser una ampliación de los gestos creadores de Dios.

En total son veinte. El hecho de que estén distribuidos de cuatro en cuatro nos hace suponer que este número tiene algún significado. Si paso a paso intentamos determinar el significado de los todos los grupos, sólo tenemos a nuestra disposición un número sustancialmente limitado de posibles interpretaciones: los cuatro elementos, las cuatro virtudes cardinales, los temperamentos y las eras.  Veremos que Miguel Ángel representó por medio de sus jóvenes todas las combinaciones que hemos mencionado.

Los medallones de Bronce

Los medallones de bronce -un total de diez- representan violentas escenas del Antiguo Testamento y están colocados a ambos lados de las escenas del Génesis de tamaño más pequeño.

Recientemente, diversos autores (1) han comprobado que Miguel Ángel se inspiró en las xilografías que ilustraban la traducción italiana de la Biblia de Nicolò Malermi (ediciones de 1490 y 1493): ello ha dado lugar a nuevas interpretaciones de las escenas que descartarían, en principio, antiguas interpretaciones filológicas y filosóficas. Con esta elección, parece que Miguel Ángel intentara hacer más identificables historias bíblicas poco conocidas. Sin embargo, esto sería pausible si estas imágenes se hubiesen creado para un lugar más público que el de la Sixtina, poblado de teólogos más conocedores de la Vulgata que de otras versiones de la Biblia de carácter popular.

A pesar de ello, estas xilografías son, simplemente, una fuente de inspiración a partir de las que Miguel Ángel desarrolla sus propias composiciones.

La mayoría de escenas están sacadas del los libros de los Macabeos, familia sacerdotal judía que defendió su fe frente a los paganos con actos heróicos e, incluso, por medios violentos que parecen interesaban especialmente a Julio II.

Según se sabe, algunas reliquias que, supuestamente, habían pertenecido a los Macabeos se custodiaban en San Pietro in Víncoli, la iglesia que rigió Julio II cuando era cardenal y donde actualmente se encuentra su sepulcro presidido por el imponente Moisés de Miguel Ángel. Su carácter guerrero e intransigente vería en los actos de estos gobernantes judíos un modelo de conducta a seguir.

·Ignudi y medallones en torno a La embrieguez de Noé

·Ignudi y medallones en torno a El sacrificio de Noé

·Ignudi y medallones en torno a La creación de Eva

·Ignudi y medallones en torno a La separación de las aguas

·Ignudi y medallones en torno a La separación de la luz y las tinieblas

 

(1) Hope, C: The Medallions on the Sistine Ceiling. Journal of the Warburg and Courtauld Institutes nº50,  1987. Pags. 335-344

Hatfield, R: Trust in God: The Sources of Michelangelo’s Frescoes on the Sistine Ceiling. Florencia, 1991

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