La Sagrada Familia del tondo Doni en los Uffizi
de Florencia y su relación con La Embriaguez de Noé
En el fondo detrás de la Sagrada Familia que Miguel Ángel pintó para Angelo Doni y Maddalena Strozzi incluyó un grupo muy parecido al de los tres jóvenes desnudos que aparecen en La embriaguez de Noé. Esta pintura suele adscribirse a su época florentina, 1503 o 1504, y sería por tanto anterior a los frescos de la Sixtina. No obstante, hay quien considera que la ejecutó en 1507.
Teniendo en cuenta las correspondencias de estilo y significado, la última fecha lo haría coincidir con la realización de los dos primeros frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina. En cuanto al contenido, entre los detalles compartidos debemos recordar a los tres jóvenes desnudos, que en el tondo aparecen a la derecha y en segundo plano, claramente dispuestos de acuerdo con una estructura «trinitaria». ¿Cuál es el significado de este grupo? Realicemos una descripción lo más precisa posible. A la derecha del observador, dos jóvenes se hallan sentados en un banco de piedra que, como si se tratara de un ábside, se alarga trazando un ligero arco de un extremo al otro del marco. Uno de ellos está completamente desnudo, mientras que el otro se cubre con una capa verde oliva. Delante de este último, de pie entre sus rodillas, hay un tercer joven desnudo con las piernas cruzadas. El joven sentado que lleva la capa ciñe su propio brazo izquierdo alrededor del pecho. El primer joven tiene asida una tela blanca que evidentemente ha quitado de los hombros del joven desnudo que permanece de pie. Sus ojos, que apenas se distinguen detrás de los hombros de José, cubiertos por una vestimenta negro azulado, miran fijamente la tela y, por consiguiente, también a los otros dos jóvenes, es decir, el que se encuentra de pie y el que está sentado detrás de este último.
También aquí nos encontramos indudablemente frente a un esquema «trinitario», pues el joven que está de pie, abrazado por el que está sentado, procede de este último. Así, el joven sentado con la capa olivácea es presentado como el Padre; el que está de pie, como el Hijo, y el tercero, que se sienta en la parte interior, procede de los otros dos, girándose al mismo tiempo hacia ellos, representando por lo tanto el Espíritu. En el transcurso de nuestra investigación volveremos a referirnos al tondo Doni, que probablemente pertenece a la misma época en que se efectuó la primera parte de los frescos de la bóveda de la Sixtina, reflejando los nuevos conocimientos que Miguel Ángel adquirió al entrar en contacto con los teólogos pontificios de Roma.
Resumiendo: José corresponde al Padre, Jesús al Hijo y María, que procede de ambos, al Espíritu Santo. Los dos desnudos que se ven al fondo juegan: a la izquierda, Adán y Eva piden ayuda al Hijo, que se encuentra a la derecha, en el seno del Padre, con el Espíritu que tira de Jesús hacia sus antepasados cogiéndole del manto.
Es probable que el teólogo a quien el Papa encargó que instruyera a Miguel Ángel respecto a la especulación trinitaria de Agustín, fuera Pietro Galatino, que en su obra De arcanis catholicae veritatis expuso minuciosamente esta doctrina. También Egidio de Viterbo, quien a buen seguro desempeñó un importante papel de intermediario en la concepción figurativa de Miguel Ángel, adaptó la especulación trinitaria de Agustín a los temas de la antigua mitología y asoció por primera vez las facultades del alma, memoria, intelecto y voluntad a tres personas: Juno, Minerva y Venus.