La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Los Tituli

 

Actualmente, gracias a la última restauración conocemos los tituli presentes en el programa de los frescos de la Capilla Six­tina. Cuando estos tituli fueron apareciendo poco a poco durante la restauración de las pinturas, se descubrió una transcripción de éstos en un texto concerniente a la distribución de los asientos durante el cónclave. Todo ello nos lleva a decir que estas escenas pintadas en las paredes significan la Naturaleza de la Iglesia según la Revelación del Antiguo y del Nuevo Testamentos.

La inscripción que aparece sobre los dos arcos triunfa­les del fresco de la Entrega de las llaves a Pe­dro, así como las dimensiones y proporciones de la capilla ponen de manifiesto la voluntad del papa Sixto IV de construir la Capilla de acuerdo con el modelo del templo salomónico de Jerusa­lén, que en realidad constituye una de las más importantes prefiguraciones de la Iglesia.

La teología considera a María concebida sin mancha de pecado, por estar destinada des­de la eternidad a personificar a la Iglesia y, con mayor pre­cisión, a la Iglesia esposa de su Hijo. El Templo de Jerusalén y la vocación de María, imagen de la Iglesia, son las dos ideas en las que se basa el programa decorativo de los frescos de la Capilla Sixtina. Todos los demás temas, incluido el del primado del Papa y el del papel de Pedro, tal como se pone de manifiesto a través de la lectura del Nuevo Testamento, se hallan subordinados a estos dos fundamentales.

El hecho de reducir diversas imágenes teológicas a una única e indudablemente misteriosa verdad puede sorpren­dernos; pero si no diésemos crédito a estas interpretacio­nes, los frescos de la Sixtina y su programa serían para nosotros un libro cerrado.

Explicados de acuerdo con el método de la exégesis alegó­rica de las Escrituras, todos los frescos concuerdan plenamente con sus tituli actualmente recuperados, tituli que formuló un teólogo por encargo del Papa. Éstos no repre­sentan el programa, por el contrario, presuponen que el programa ya había sido formulado y elaborado, debiendo resumirlo de la manera más coherente posible y dándole una forma más concisa. Podemos imaginar que quien con­cibió el programa escogió pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento relacionados entre sí y destinados a expresar una sola idea, formulada luego en los dos tituli simétrica­mente dispuestos, uno frente al otro, encima de los frescos.

La idea temática que reagrupa el primer par de imágenes ti­pológicas es REGENERATIO, que en ambos casos se encuen­tra en el centro de cada uno de los dos tituli: OBSERVATIO ANTIQUE REGENERATIONIS A MOISE PER CIRCONCISIONEM («respetuosa observancia de la antigua regeneración cum­plida por Moisés mediante la circuncisión») e INSTITUTIO NOVAE REGENERATIONIS A CHRISTO IN BAPTISMO («institu­ción de la nueva regeneración por parte de Cristo en el bau­tismo»).

En todos los tituli que siguen, la idea temática común que los une se halla al principio de cada uno: TEMPTATI («tentación»), CONGREGATIO («reunión»), PROMULGATIO («promulgación»), CONTURBATIO («turbación») y REPLICATIO («réplica»). Cada una de estas ideas temáticas superiores se relaciona, según los casos, con el concepto LEX, y más concretamente con la LEX SCRIPTA («Ley escri­ta») en los frescos de Moisés, y con la LEX EVANGELICA («Ley evangélica») en los frescos de la vida de Jesús. La LEX EVANGELICA no es, evidentemente, una LEX SCRIPTA. El concepto LEX no se emplea aquí en sentido ju­rídico, sino en sentido teológico, como en el segundo capí­tulo de la Epístola a los Romanos.

La Expositio trata el concepto teológico Lex a propósito de la paloma que Noé envió por tres veces des­pués del Diluvio (Gn 8,8-12). En efecto, estos tres vuelos de la paloma representan los tres principales periodos de la historia de la salvación:

· el tiempo ante legem («antes de la Ley») hasta Moisés: Las pinturas de la Bóveda de Miguel Ángel.

· el tiempo sub lege («bajo la Ley») desde Moisés hasta Cristo: Las pinturas relacionadas con Las Historias de Moisés.

· el tiempo sub gratia («bajo la Gracia») a partir de Cristo. Las pinturas relacionadas con Las Historias de Cristo.

En el mismo pasaje de la Expositio el autor declara que a partir de la predicación del Evangelio ya no sirven ni la circuncisión ni las muchas observancias prescritas por la Ley. En este texto se habla, por lo tanto, de la legis observatio, concepto que recuerda la OBSERVATIO ANTIQUE REGENERATIONIS del primer titulus de la pared derecha de la capilla. Orígenes, en su Homilía IX  relativa al Libro de los Números, habla de la circuncisión como un ejemplo de Lex que ya no es necesario observar y cuyo valor intrínse­co esencial, al contrario de cuanto ha ocurrido con el Mandatum (los Diez Mandamientos) únicamente se ha conservado hasta Cristo, y únicamente esboza lo que toda­vía es válido como una prefiguración. Así como el Mandatum es válido para cualquier tiempo, la Lex se presenta como imagen anticipada de valores y contenidos futuros.

El concepto REGENERATIO

El concepto REGENERATIO está sacado de la Epístola a Tito, en la que se habla del bautismo como del «lavacrum regenerationis» (Tt 3, 4). Pero los tituli del primer par de frescos, que aún se conservan, no concuerdan por comple­to; se percibe el esfuerzo realizado por el teólogo para en­contrar una formulación breve que se adaptara a ambos paneles y fuese recíprocamente apropiada. Desgraciada­mente, nos faltan los tituli de los frescos situados a la de­recha y a la izquierda de la pintura que se encontraba en la pared que se halla detrás del altar, así como también nos falta el tercer titulus del ciclo de Moisés. Pero a partir de los dos paneles de las tentaciones, la formulación de los ti­tuli es tan unitaria que, compuesta a partir del mismo es­quema, casi sólo se diferencia por los distintos nombres, IESUS CHRISTUS y MOISES, que aparecen en las pinturas. Esta circunstancia puede considerarse una indicación de que el programa únicamente se estableciera a partir de los frescos de las tentaciones.

La idea de fondo que determinó la elección y la sucesión de los episodios basados en el Nuevo Testamento procede de De Civitate Dei (La Ciudad de Dios) de San Agustín, en cuyo libro decimoctavo se lee que primero el Bautista y después el mismo Jesús predicaron e invitaron a la peni­tencia, que Jesús eligió a sus discípulos llamándoles «após­toles» y que entre ellos hubo un traidor. La obra de la salvación se completó con la pasión de Jesús, su resurrec­ción y ascensión al cielo y con la Pentecostés.

Quien elaboró el programa siempre buscó el pasaje co­rrespondiente del Antiguo Testamento y procuró reducir­lo a un único concepto común, que se expresa en los dos tituli de cada par de frescos, uno situado frente al otro.

El punto de partida que hallamos en el capítulo décimoctavo de La Ciudad de Dios, y que constituye la base de ela­boraciones y desarrollos posteriores, está constituido por el versículo de un salmo que, de acuerdo con el texto de la Vulgata (Sal 39 [40], 6), puede traducirse del siguiente modo: «…he anunciado y he proclamado: han aumentado de tal forma que no pueden contarse». En efecto, la mirada se fija de inmediato en la muchedumbre del pue­blo reunido, tal como se representa repetidamente en las paredes de la Capilla Sixtina.

Pocas líneas antes, en el mismo libro décimoctavo de La Ciudad de Dios, San Agustín aclara la idea de templo retoman­do las palabras del profeta Ageo, quien proclama: «…la fama de esta nueva casa será mayor que la de la anterior» (Ag Vulg. 2,9). Con el templo al que el Señor concede la plenitud de la paz, explica Agustín, se entiende la Igle­sia edificada por Cristo.

El concepto REPLICATIO

Con la REPLICATIO DE LA LEY ESCRITA DADA AL PUEBLO POR MOISÉS se proclamó el mandamiento del amor a Dios y al prójimo, mientras que con la REPLICATIO DE LA LEY DEL EVANGELIO, Cristo exhortó a sus discípulos al amor recípro­co, amando como Él les amó hasta morir en la cruz. Tam­bién pertenece a la Ley que imparte las normas para la edificación y estructuración del pueblo de Dios la transmi­sión de la autoridad, tal como Moisés la transmitió a Josué y el mismo Jesús a Pedro. La comparación tipológica de esta escena pone de manifiesto el elevado criterio compo­sitivo de los frescos de la capilla, ya que los temas y los detalles no se relacionan únicamente con los paneles pin­tados uno frente al otro, sino también con los dispuestos diagonalmente en la pared opuesta.

En efecto, Moisés, sentado en la cátedra, en la REPLICATIO de la Ley escrita sólo puede compararse con el Cristo del sermón de la montaña, dador de la LEX EVANGELICA. Tal como la vemos en el panel de la Sixtina, la PROMULGATIO de la Ley escrita vendría casi obstaculizada por el pecado del pueblo si no estuviera ya presente, de una forma alu­siva, el esposo dispuesto a bailar con la esposa. La PROMULGATIO de la LEX EVANGELICA tiene, por lo tanto, la posibilidad de triunfar porque el mismo Cristo purifica de la lepra del pecado, en cuanto es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y goza de la mayor autoridad. El fresco correspondiente, pintado por Cosimo Rosselli, no sólo representa al dador de la Ley durante el sermón de la montaña, sino también mientras lleva a cabo la cu­ración del leproso. Una alusión al Cordero de Dios pode­mos identificarla en el niño que aparece en primer plano jugando con un corderito.

El concepto TEMPTATIO

Moisés está dispuesto a la TEMPTATIO, siendo por eso que echó a los falsos pastores del pozo, pues Cristo, vencedor de las tentaciones diabólicas, le concedió esta firmeza.

El concepto CONTURBATIO

La CONTURBATIO de Jesús es debida al rechazo que sufre por parte de los suyos, representado por los constructores que quieren lapidarlo, impidiendo de tal modo la construcción del verdadero templo hecho de piedras vivas. La CONTURBATIO de Moisés se debe al rechazo por parte de su pueblo, que se niega a seguirle a la tierra prometida. Pero después de la CONTURBATIO, a Moisés no se le permite en­trar en la tierra prometida por Dios, sólo puede verla des­de lo alto de una montaña y a continuación morirá

También Cristo muere en el momento de su exaltación, sólo después se producirán la RESURRECTIO ET ASCENSIO del dador de la Ley evangélica, tal como leemos en el últi­mo de los tituli conservado y recientemente descubierto. En el panel de Cosimo Rosselli, la REPLICATIO de la Ley evangélica se ilustra con múltiples ejemplos. En efecto, encontramos referencias en el lavado de los pies, en la contemplación de las cosas celestiales, como ya se ha cons­tatado, y también en la tácita aceptación de la traición de Judas por parte de Jesús. Las tres vistas que se ven por la ventana se refieren al contenido de la nueva Ley; represen­tan las frases «Padre, hágase tu voluntad y no la mía» y «Envaina tu espada», palabras pronunciadas en la cruz y en Getsemaní y que quieren darse a conocer al observador. La última vis­ta, ya examinada con anterioridad, contiene la única refe­rencia hecha de forma explícita a María, esposa y madre de la Iglesia.

El concepto CONGREGATIO

También la CONGREGATIO del pueblo de Dios es posible, como ocurre con Moisés, después de haber cruzado el mar Rojo y abandonado Egipto o, como ocurre en el caso de Jesús, después de que los apóstoles, tras ser llamados, lo abandonasen todo, redes, barcas y familia. Por este mo­tivo, el halcón, que induce a la mortificación, pintado arri­ba en la última escena representada por Ghirlandaio, está cazando una gran ave acuática. Y por idéntico mo­tivo, en el cuadro de Cosimo Rosselli, un hombre, situa­do en primer plano a la derecha, se está ahogando en el mar Rojo y aferra unas monedas de plata con la mano de­recha.

Las pinturas murales de la Capilla Sixtina sólo pueden in­terpretarse correctamente si se consideran junto con sus tituli. Los pintores y teólogos de la época de Sixto IV poseían un lenguaje figurado que ha definido las pinturas murales de la capilla hasta en sus mínimos detalles partiendo del contenido y no de la for­ma; incluso los colores de las vestiduras tienen un signifi­cado propio.

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