La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Baal

Etimológicamente en hebreo significa «Señor», pero era utilizado como atributo divino. El culto de esta divinidad fue a menudo combatido, y a veces tolerado en Israel. Su símbolo era una columna de piedra, con toda probabilidad un símbolo fálico y de fecundidad. El culto de esta divinidad, difundido entre las poblaciones vecinas a los hebreos, constituyó un peligro constante para la fe de Israel, no sólo por su obscenidad, sino también porque reducía a Yahveh al nivel de una fuerza natural personificada, haciendo de la religión solamente un medio para asegurarse los bienes de la naturaleza.

Babilonia – Babel

La ciudad surgía a la orilla izquierda del Éufrates, muy cercana a la moderna Bagdad. El nombre de la ciudad proviene de la región homónima, de la que fue posteriormente la capital. Su nombre antiguo era Accad. Existía ya durante el reinado del rey Sargón de Accad (2350 a.C.), pero fue verdaderamente importante en el 1830 a.C., cuando se estableció en ella la primera dinastía de los Amorreos, que culminó con el reinado de Hammurabi (1728-1689). Ésta fue probablemente la mítica Babel de la Biblia, similar a la Babilonia a la que los hebreos fueron exiliados muchos siglos después (587 a.C.).

La palabra hebrea Babèl significa puerta de dios, y corresponde a la palabra arcaica babilu , o sea Babilonia. Es por lo tanto muy probable que, con este término, los hebreos recordasen la gran ziqquràt que habían admirado en Babilonia durante su exilio, en los siglos VI y V a.C., y que era la más célebre de las ziqquràt mesopotámicas. La fecha de su reconstrucción se sitúa en el año 626 a.C., y se elevaba sobre la precedente, destruida por los asirios. Estaba formada por siete escalones enormes, uno encima del otro, que alcanzaban una altura de hasta 90 metros. Fue destruida por Jerjes, rey de los persas, en el año 478 a.C. y, en época árabe, la ziqquràt de Babilonia fue utilizada como cantera de ladrillos, perdiéndose irremediablemente.

Bautismo

En la fe cristiana el bautismo es el primero de los siete sacramentos; se denomina también sacramento de la regeneración a través del agua. El bautismo que Juan realizaba, antes del inicio del ministerio público de Jesús, se llama bautismo de penitencia, y es distinto del bautismo de Jesús, que es realizado en el Espíritu Santo. Este bautismo simboliza el inicio de una nueva vida y la muerte del hombre viejo, de la antigua vida de pecado. Simboliza, igualmente, la incorporación del cristiano en Cristo y su unión con los otros cristianos, como miembros del único cuerpo de Cristo. Para san Pablo, el bautismo es la experiencia realizada por el cristiano durante la  Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Con el bautismo el cristiano es purificado, santificado, justificado, en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de Dios.

Biblia

Los Escritos, como eran llamadas las sagradas escrituras en la serie de libros de la Biblia, fueron -y son todavía- un punto de referencia constante para el hebraísmo y el cristianismo.

Esta extraordinaria biblioteca de 73 libros está constituida por dos secciones que los cristianos llaman Antiguo y Nuevo Testamento. Algunos de los libros del Antiguo Testamento se pueden fechar, probablemente, 12 siglos antes del nacimiento de Jesús, incluso 14 si es verdad que algunos salmos antiguos -como, por ejemplo, el salmo 29-, u otros textos poéticos y legislativos, pueden remontarse a la época de Moisés.

Cada acontecimiento cristiano contenido en el Nuevo Testamento -y en particular en los Evangelios- encuentra como prueba y palabra iluminadora lo que había sido escrito siglos antes, en los libros del Antiguo Testamento. De hecho, Jesús mismo repite con insistencia la expresión “Está escrito”, queriendo hacer entender que todo lo que en él ocurría, encontraba su fundamento en lo que estaba ya contenido en los antiguos libros sagrados.

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