La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Nabucodonosor

Rey de Babilonia entre los años 605-562 a.C. Era hijo de Nabopolasar, caudillo caldeo, nombrado por los asirios gobernador de los territorios marinos, pero que se rebeló contra ellos, proclamándose rey de Babilonia en el año 626 a.C. Su hijo Nabucodonosor fue general de sus ejércitos y derrotó al ejército egipcio en Karkemis. Asedió y conquistó Jerusalén en 598-597 a.C., deportando a Babilonia gran parte de la población.

Natán

Profeta de la corte de David. Anima a David a construir un templo al Señor, pero tras una aparición nocturna cambia de parecer, afirmando que Yahveh no deseaba una casa por parte de David, y prometiendo a David una dinastía eterna. Sobre esta profecía se basa la llegada mesiánica de la descendencia de David.

Noé e hijos

La tradición sacerdotal hebrea que puso por escrito los acontecimientos del Diluvio atribuyó a los hijos de Noé el origen de las poblaciones conocidas en el II milenio. De Jafet descienden los pueblos indogermánicos, los habitantes de Asia Menor, del Cáucaso y de la Media. Son los pueblos que ocupan una amplia extensión de territorio; de hecho, la palabra hebrea Jafet es interpretada como “Dios le conceda amplio espacio”. A Cam se le atribuyen las poblaciones de la franja mediterránea de la costa africana, con los egipcios, los fenicios y los cananeos; parte de los habitantes de Anatolia y los acadios de Mesopotamia. A Sem, en hebreo “el nombre”, cabeza de las notables poblaciones llamadas por su nombre, se le atribuyen los pueblos de Israel, Siria, Mesopotamia, Arabia y Elam.

El nombre de su padre, Noé, segundo progenitor de la humanidad, significa en hebreo «consolador».

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