Vid
A veces, Jesús definió su persona como la verdadera vid, y a sus discípulos como los sarmientos que habrían dado muchos frutos. Comparación sugestiva y eficaz para quienes le escuchaban, los cuales, perteneciendo a una sociedad agrícola y campestre, habían aprendido en las sagradas escrituras el significado simbólico de la vid. Ésta, efectivamente, ya había representado al pueblo de Dios en los libros de los profetas, el cual, como un viñedo, era objeto de cuidados especiales por parte del Señor. La vid se usaba, además, para representar la imagen del crecimiento rozagante y de la fertilidad. Jesús se definió a sí mismo como la vid y a sus discípulos como los sarmientos, subrayando el estrecho vínculo que los unía y gracias al cual los apóstoles recibieron el poder de llevar el fruto en su corazón y en el mundo.