La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Simbología tapices de Rafael

Tapices de RafaelEstá claro que los tapices se habían pensado para ocupar posiciones específicas, porque sus dimensiones y proporciones varían mucho; y es obvio que sus bordes verticales reemplazan las pilastras pintadas que separan los tapices ficticios en la zona más baja, mandada a pintar por Sixto. Es posible hacer y probar una reconstrucción usando dimensiones, dirección lumínica, secuencia histórica y convenciones pictóricas importantes; de hecho, en 1983, en uno de los acontecimientos más memorables del cuarto centenario de Rafael, se probó la reconstrucción incluso volviendo a colgar los tapices. Pero desde 1527 es imposible la colocación completa, porque fue el año en que se robaron y para cuando se recuperaron el Juicio Final de Miguel Ángel había ocupado los espacios de tapicería a ambos lados del altar (La Milagrosa multiplicación de los peces a la derecha; el Lapidamiento de San Esteban a la izquierda). En el colgamiento de 1983 se apreciaron algunos resultados inesperados. La mayor parte de los espectadores sintieron que la Capilla jamás había estado tan hermosa. E indudablemente esto se debía en parte a los colores de los tapices, que aún desvaídos y alterados como están, armonizaban y se relacionaban estructuralmente con los de los frescos que había encima en un grado bastante inesperado; por ejemplo, se vio que el marco rojo oscuro que rodeaba a la “pintura” de cada tapiz imitaba claramente los marcos ilusionistas de “pórfido” que rodeaban las narraciones de la Sixtina.

1_-2006AN5933Los tapices de León se dividen en dos grupos, cuatro de la vida de san Pedro y seis de la vida de san Pablo. Amplían y complementan las historias existentes (que hasta ahora terminaban con La resurrección de Cristo presentando una secuencia -que empiza con cuatro pare – de ejemplos significantes, desde el punto de vista crítico, de los papeles desempeñados por los dos fundadores de la Iglesia Romana, ejemplos que también ilustran sus misiones separadamente a judíos y gentiles. La serie de Pedro se coloca naturalmente debajo del ciclo de Cristo (Pedro es el Vicario de Cristo y príncipe de los apóstoles), mientras que la serie paulina queda, también muy adecuadamente, debajo de la de Moisés (el doctor gentium debajo del doctor populi); este arreglo también coloca a Pedro del lado del altar correspondiente a la Epístola, y a Pablo del lado del Evangelio, relacionando sus misiones con los destinos de las dos partes del Nuevo Testamento. Que aparentemente también coloque a Pablo en la posición de honor de la apropiada parte derecha del altar puede parecer extraño ahora, pero era bien sabido, y de hecho se demostró en 1515, que la tradición mejor establecida colocaba de esta manera a los dos fundadores.

general

El emparejamiento de los tapices, inspirado en la estructura tipológica de los ciclos históricos de la Sixtina, comienza con la selección del pescador Pedro y el pescador Pablo (en El lapidamiento de Esteban) y continúa con el nombramiento de los dos fundadores, la entrega de las llaves a Pedro en el Alimenta mis ovejas a la derecha, y la revelación del “navío elegido” en la Conversión de Saulo a la izquierda. Estos nombramientos opuestos están colocados debajo de la institución de la ley escrita y evangélica de los frescos de arriba, y es evidente que se hacen relaciones temáticas verticales. Y una vez más en el par siguiente -que, como tal par, ilustra los primeros milagros de Pedro y Pablo-, La Curación del lisiado en la puerta maravillosa está colocada debajo de La purificación del leproso de Botticelli; a la correspondencia temática superficial de la curación hay que agregar, en parte porque la lepra es una metáfora del pecado, un punto doctrinario más profundo, porque el fresco de arriba aclara el poder de las llaves en la Nueva Alianza, que se ejerce en el tapiz donde Pedro admite al lisiado en el templo celestial. Estos pares y relaciones verticales continúan. Pero un aspecto extraño de la colección es que termina con un tapiz de la serie paulina que estaba colocado en la parte exterior del tabique, no frente a un tapiz de Pedro sino frente a la galería del coro, el pulpitum. Este tapiz, Pablo predicando en Atenas, donde el apóstol habla a los filósofos gentiles, iba a estar debajo del fresco en el que Moisés desciende del Monte Sinaí con las Tablas de la Ley y se enfrenta con la idolatría (la Promulgatio). Cuando fue colgado el tapiz el príncipe de los predicadores parecía llevar su mensaje a los que estaban más allá del tabique y excluidos de la Capilla Papal corporativa, y el tapiz (inicialmente el cartón, al revés), estaba diseñado de tal manera que el público de Pablo parecería, en cierta forma ilusoria pero deliberada, ser continuado y completado por la multitud moderna.

V&A_-_Raphael,_The_Healing_of_the_Lame_Man_(1515)En realidad, el diseño de los tapices no responde menos brillantemente a su situación que a sus temas. Tenemos como ejemplo la Curación del lisiado, en la que gesto y realización del ritual, superposición de los frontones del templo, el color (Pedro en amarillo y azul bajo el Gran Sacerdote) y el diseño tripartito, coinciden con La purificación del leproso de Botticelli. Pero además, Rafael creó en sus triadas de tapices enfrentados dentro del tabique un ritmo general triple y centralizado que armoniza con el diseño temático y visual más grande de las historias de la Sixtina. Hay que insistir en que la contribución hecha por León y Rafael a la Sixtina fue la más aguda y concordante, y en cierto sentido la más inteligente, que se haya hecho allí; y ciertamente el carácter de esa inteligencia expresa el instinto conciliador de este papa con tanta exactitud como la extraordinaria sensibilidad de su artista.

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