La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Simbología Eleazar y Mathan

Miguel Ángel pintó muchas de las escenas de los antepasados como ejemplo de las prin­cipales dificultades existentes entre marido y mujer en una relación matrimonial conflictiva. Pero no podemos olvidar que la representación de una madre y una esposa en la capilla constituye una referencia alegórica a la Iglesia, y que la representación del esposo, que se encuentra cerca del escudo papal, encarna al Papa. Si observamos con atención los detalles, veremos que en esta pintura el artis­ta ha expresado con gran audacia su crítica a propósito de la Iglesia.

Si bien en la luneta de Iacob y Josepf pudo estar todavía enormemente influido por un asesor en teología, siempre y cuando no se basara en sus propios conocimien­tos de la Concordia de Gioacchino da Fiore, llegado a este punto Miguel Ángel se independizó por completo.

Describamos ambos grupos según los criterios habituales de la iconografía cromática: Matán viste una blusa blanca, el color de la fe, cuyo cuello muestra el verde de la esperanza. La blusa se abre a lo largo de un costado y no está bien metida en los pantalo­nes, de color gris claro, lo que indica que en este joven esposo la fe no casa bien con una esperanza demasiado débil. El manto rojo del amor está a punto de caérsele de los hombros, lo impide una cinta del mismo color que le cruza el pecho oblicuamente. El manto rojo también le cubre la rodilla izquierda, sobre la que se apoya la dere­cha. El amor y una esperanza todavía débil sólo pueden unirse si forman una cruz. El pañuelo que cubre la cabe­za de la mujer, que mira hacia su marido, quien no se pre­ocupa de ella en absoluto, es violeta, color de la penitencia y el ayuno. El hombre lleva anudado un trozo de tela ama­rilla alrededor de las caderas y se sienta sobre un almoha­dón del mismo color, lo que parece indicar que es ajeno al discernimiento espiritual.

Si bien esta interpretación puede parecer demasiado complicada, cabe señalar que este mismo método encuentra su confirmación cuando se aplica al grupo de Eleazar, que se encuentra a la izquierda. En este caso la madre lleva puestas las medias de la peni­tencia, el jubón rojo del amor, y una camisola blanca con el borde amarillo en la parte superior de la manga. Este juego de amarillos y blancos recuerda abiertamente los co­lores actuales de la Iglesia. Pero el elemento que alude a la época de Miguel Ángel lo constituye el hecho de que esta mujer se sienta encima de unas cuerdas de las que pen­den una llave y una bolsa con dinero; la esposa de Eleazar era famosa por su avaricia.

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