La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Simbolismo Aminadab

En este luneto descubrimos a la misma madre representada ahora como una de las figuras más hermo­sas del ciclo. Lleva medias amarillas y un vestido rosa, peina sus cabellos largos y rubios y tiene una toalla blanca sobre las rodillas. Al otro lado de la luneta vemos a su esposo con las manos cruzadas entre las rodillas y mi­rando de reojo, con celos o deseo, a su esposa. Se encuen­tra a la derecha de la capilla, encima del trono papal. Todos los colores de la vestimenta de Aminadab son abi­garrados; el color amarillo claro de las mangas alude a su pecaminosa manera de actuar. Las medias de la esposa son de color amarillo dorado, lo que significa que la Iglesia es santa desde sus mismos orígenes. El resto de sus vestidu­ras son completamente rojas, que es el color del amor.

El nombre de Aminadab aparece en varios pasajes im­portantes de las Sagradas Escrituras, como en el Cantar de los Cantares, donde, de acuerdo con la traducción de la Vulgata, podemos leer: «Yo no sabía. Mi alma se hallaba turbada debido a los carros de Aminadab» (Cat Vulg 6, 11). ¿No tiene el Aminadab pintado por Miguel Angel la mirada turbada y el aspecto de un cochero sentado en su pescante? A este versículo del Cantar de los Cantares, de difícil comprensión, le sigue de inmediato: «Vuélvete, vuélvete, Sulamita, vuélvete, vuélvete; queremos admirar­te» (Cat Vulg 6, 12). ¿Acaso la esposa representada en la luneta mientras peina sus cabellos no es la Sulamita del Cantar de los Cantares?

Algunos autores ven en la posición de los dedos de la mano derecha de Aminadab un gesto obsceno hacia el papa, que se sentaba justo debajo. Los dedos de la mano estarín formando la cornamenta del Diablo sobre la cabeza del papa sentado en su trono.

Además, los trabajos de limpieza dejaron al descubierto que sobre el brazo de Aminadab hay un círculo amarillo, que era el símbolo de la vergüenza que los hebreos fueron obligados a llevar desde el cuarto consejo lateranense (es decir, desde 1215).

Fue un decreto que tenía un precedente muy antiguo. En el siglo IX el gobernador musulmán de Sicilia fue el primero en obligar a los judíos a llevar círculos y chales amarillos en público. ¿Por qué el amarillo? Según la tradición musulmana, es el color de la orina y de las prostitutas. La Iglesia lo revivió en la Edad Media, y se produjo otra aparición en tiempos modernos, con los nazis y su Estrella de David amarilla impuesta a los judíos durante el Holocausto.

¿Por qué Miguel Ángel eligió a Aminadab para señalarle con el sello papal? Según Doliner, “Aminadab significa ‘un príncipe de mi gente’, es decir, de los judíos, haciendo referencia a su hijo Naasón. Y ¿quién era este príncipe? Obviamente, Jesús. Miguel Ángel quiso subrayar que el Príncipe que ellos adoraban era judío”.

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