La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

La Sibila Líbica

Sibila Libica 01 OK Pfeiffer“la cual, habiendo escrito un gran volumen extraído de muchos libros, está en actitud de mujer que se alza, queriendo levantarse y al mismo tiempo cerrar el libro: cosa muy difícil, por no decir imposible, a otro que no sea el maestro.” (Giorgio Vasari, Vida de Miguel Ángel Buonarroti, florentino, 1568)

A pesar de su nombre, la sibila Libia era de Egipto, concretamente de un oasis situado en la zona conocida como Desierto Libio. Aparece en muchos relatos antiguos, y la versión que Miguel Ángel debía conocer era a buen seguro la de Plutarco. En ese relato, Alejandro Magno consulta con ella, y la sibila le predice que se convertirá en un gran conquistador y en el gobernador de Egipto.

En el panel el artista la representa cogiendo o dejando un libro, y el putti que tiene a su lado sujeta además un pergamino en su mano. La sibila Libia es especialmente famosa por sus palabras sobre la «llegada del día en el que todo lo oculto será revelado».

La actitud de la Sibila Líbica es una de las invenciones formales más dinámicas y complejas que Miguel Ángel formula en la última parte de la bóveda. El gesto enroscado de la sibila, exaltado por el movimiento de los ropajes, expresa una agitación que es típica de los personajes llenos del espíritu de la profecía. La joven mujer, absorta en el estudio, parece que se haya quitado el mantón, del que cuelga una manga a la derecha, quedándose con un bellísimo vestido, abierto a los lados y sujeto bajo el seno por un cinturón. El hecho de que esté cerrando el gran libro con la profecía de la Redención, ha sido interpretado en relación con la historia, pintada al fresco encima, de la Separación de la luz de las tinieblas, que alude a la victoria de Cristo sobre las tinieblas del pecado.

·Simbolismo

·Galería

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