La interpretación judía de
La Creación de Eva
También en el panel más pequeño y más sencillo correspondiente a la creación de la mujer, encontramos oculto un mensaje judaico profundo. Según la traducción y la tradición cristiana, el Señor creó a Eva, la madre de todos nosotros, a partir de una costilla de Adán. Pero la Biblia hebrea no dice eso; la palabra que utiliza es ha-tzelah, el «costado» de Adán. Los sabios rabinos explicaron que no estaba creada a partir de la cabeza de Adán, lo que podría haberla hecho presuntuosa y por encima de su pareja, y tampoco de sus pies, lo que podía haberla hecho reprimida y deseosa de huir de él, sino de su costado, para ser su pareja igual en la vida.
Por ese motivo, en el versículo posterior a la creación y el nombre de Eva, leemos: «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne» (Génesis, 2, 24). En prácticamente todas las representaciones no judías del nacimiento de Eva, ella aparece saliendo de una costilla de Adán. Pero aquí, en la bóveda de la Sixtina, aparece siguiendo la tradición judía, saliendo del costado de Adán.