La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

La interpretación judía de
El sacrificio de Noé

Los tres paneles relacionados con la historia de Noé no están dispuestos en orden cronológico estricto. Esta escena se produce, de hecho, después de que la inundación menguara y de que Noé, su familia y los animales hayan desembarcado en tierra seca. Para dar las gracias al Señor por su salvación, Noé construyó el primer altar de la historia. Según el midrash, Noé —al ser profeta— sabia con exactitud qué animales estaría permitido sacrificar más adelante en el Templo Sagrado. En numerosas pinturas y frescos sobre esta escena, otros artistas cristianos muestran a Noé sacrificando todo tipo de animales improbables y de carne no kosher: leones, camellos, asnos, etcétera. Miguel Ángel sigue fielmente el midrash y representa sólo los animales permitidos por la Biblia que Noé habría utilizado.

Noe 02 OK PfeifferNoé señala hacia el cielo con un dedo para indicar que su primer altar de sacrificios está dedicado no a un ídolo pagano, sino al Único Dios. A destacar asimismo que las dos figuras de la izquierda —uno de los tres hijos de Noé y una mujer misteriosa vestida con una corona de laurel grecorromana pagana, símbolo de Niké, la diosa de la Victoria— parecen quedar entre las sombras. Pero estas dos personas no están entre penumbras en realidad. Lo que sucedió fue que los problemas constantes con el moho y los hongos que sufrieron estos primeros paneles hicieron mella precisamente en este punto. Una generación después de la finalización de la bóveda, ésta fue la única sección de yeso que se despegó y se hizo añicos contra el suelo. En 1568 un pintor especialista en frescos llamado Domenico Carnevalli tuvo que encaramarse a un pequeño andamio y sustituir la parte caída. Es evidente que los productos químicos que utilizó en su yeso y sus pinturas no eran de la misma calidad que los utilizados por Miguel Ángel ni compartían la misma fórmula, por lo que la reparación fue oscureciéndose de forma irreparable con el tiempo. Y probablemente fue para bien, pues el fallo nos permite distinguir con facilidad entre el trabajo original y el añadido posterior. No tenemos ni idea de lo que tenía en mente Carnevalli respecto a la figura femenina, pero es muy dudoso que en la versión original de Miguel Ángel apareciera una Niké.

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