La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Separación de las aguas

Separacion Aguas  OK Pfeiffer

 “Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco». Y así fue. Y llamó Dios a los seco «tierra» y al conjunto de las aguas lo llamó «mares».” (Gén 1, 9-10)

 “En el tercer hueco aparece, en el aire, Dios magno, con ángeles, separando las aguas.”
(Condivi, Vida de Miguel Ángel Buonarroti)

Al primer panel de la última terna de pinturas de la bóve­da suele dársele un título impreciso, ya que no se trata de la separación de la tierra y las aguas tal como se explica en el Génesis (Gn 1, 9), ni tampoco de una representación del espíritu de Dios cerniéndose por encima de las aguas (Gn 1, 2), sino que, por el contrario, Miguel Ángel nos muestra a Dios Creador separando las aguas de las aguas. Dios fue el primer arquitecto (Gn 12, 7s), pues creó el firmamento, o sea la bóveda del cielo, de manera que una mitad de las aguas quedó por encima de la capa celeste, y la otra mitad, por debajo. En la parte izquierda del fresco se ven las aguas, de color azul, que empiezan a reunirse en el manto rojo de Dios y casi llegan hasta el dedo meñique de su mano derecha. El tema, por tanto,  no está muy claro, pero la indicación dada por Vasari, según la cual, representa el momento, al tercer día de la Creación, en que Dios separa la tierra de las aguas, parece ser la más convincente.

También en esta pintura Miguel Ángel evita recurrir a cualquier forma de realismo demasiado riguroso. Como ocurre en la Creación de Adán, presenta a Dios flotando horizontalmente, y ya es sabido que para pintar este pa­nel el artista tomó como modelo una antigua representa­ción de una divinidad fluvial. Pero en su manera de repre­sentar el cuerpo, en escorzo inclinado hacia atrás, liberó a la figura de cualquier sensación de pesadez física, prestan­do a su vuelo un gran realismo.

En las tres escenas más cercanas a la pared del altar, la figura  dominante de Dios, el torbellino del ropaje y los bellísimos escorzos, todo, contribuye a dar una imagen de Dios como poderosa fuerza primigenia. Miguel Ángel rompe los esquemas: Dios es el creador de la vida, todo en Él es movimiento y gesto imperioso. La mano izquierda de Dios fue posteriormente rehecha, probablemente por Carnevali.

·Simbolismo

·La interpretación judía

·Galería

 

 

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