La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

 

El castigo de los rebeldes

Autor: Botticelli

Números 16, 1-35: “Coré… Datán y Abirón… se alzaron contra Moisés… Dijo Moisés a Coré: «Tú y toda tu cuadrilla presentaos mañana delante de Yahveh: tú, ellos y Aarón. Que tome cada uno su incensario, le ponga incienso y lo presente delante de Yahveh; cada uno su incensario: doscientos cincuenta incensarios en total»… Y sucedió que, nada más terminar de decir estas palabras, se abrió el suelo debajo de ellos; la tierra abrió su boca y se los tragó, con todas sus familias, así como a todos los hombres de Coré, con todos sus bienes… Brotó fuego de Yahveh, que devoró a los doscientos cincuenta hombres que habían ofrecido el incienso.”

El título de este fresco es: «REBELIÓN CONTRA EL LEGISLADOR MOISÉS». Coré, Datán, Abirón y sus seguidores, sublevados contra Moisés (A), rechazan su autoridad y son puestos a prueba por tachar a Aaron de usurpador del ofisio de Sumo Sacerdote. Moisés, delante del altar, invoca el nombre de Yahveh contra los rebeldes (B) mientras sus incensarios caen a tierra (C). Sólo Aaron es aceptado (D). En el centro, una reconstrucción del arco de Constantino nos advierte en su inscripción: «Nadie se atribuya el honor (del Sumo SAcerdocio) si no es llamado por Dios, como Aaron». Los rebeldes, maldecidos por Dios, son tragados por la tierra (E).

Como curiosidad, el edificio de la derecha (F) es el Septizonio, una especie de rascacielo romano de 7 órdenes de columnas todavía en pie en tiempos de Sixto IV. En la actualidad sólo quedan unas pequeñas ruinas junto al Circo Máximo.

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