La Capilla Sixtina

«Santuario de la teología del cuerpo humano» (Juan Pablo II)

Las Historias del Génesis

general0Desde el punto de vista teológico, las pinturas más signi­ficativas de Miguel Ángel son los nueve recuadros de la bóveda que ilustran diversas escenas del primer capítulo del Libro del Génesis, que a su vez es el primer libro del Antiguo Testamento. De estas nueve escenas, tres corres­ponden a la historia de la Creación del mundo, tres a la Creación del hombre y otras tres a la Historia de Noé, al­ternando de una forma regular un cuadro grande con otro más pequeño. Entre las tres primeras escenas, dedicadas a la Creación del mundo, el panel más grande figura en el centro, como ocurre asimismo en los episodios relativos a la Historia de Noé. En cambio, en las tres escenas dedi­cadas a la Creación de la primera pareja humana y la Expulsión del Paraíso, la correspondiente a la Creación de Eva, sacada de una costilla de Adán, ocupa el recuadro más pequeño, y no sólo es la central de las tres escenas, sino que también constituye exactamente el centro de la capilla.

Los nueve compartimientos de la bóveda encajan perfec­tamente en el programa de la capilla, que, en lo relativo a la organización de las pinturas, sigue el esquema teológico paulino tanto en los frescos de la época del papa Sixto IV, como en los ejecutados durante el papado de su sobrino, Julio II, repartiéndose en tres zonas distintas: el techo abovedado y las dos paredes longitudinales. Se trata de pinturas dedicadas a representar acontecimientos acaeci­dos antes de la Ley Mosaica, en tiempos de la Ley Mosai­ca y de la vida de Jesús. Esta división de la historia de la salvación en tres eras, ante legem, sub lege y sub gratia, que ya se encuentra en la Expositio super septem visiones libri Apocalypsis, atribuida en otros tiem­pos a Ambrosio, fue muy importante a la hora de proyec­tar el programa iconográfico general.

Pero una segunda concepción, que se remonta a la época de Gioacchino da Fiore, resultará también muy importan­te para el planteamiento general del programa de la bóve­da. En su obra Concordia Novi et Veteris Testamenti, el abate calabrés ya no interpreta la relación entre el Nuevo Testamento y el Antiguo como un esquema binario, sino a partir de una partición ternaria de acuerdo con el mode­lo de la Santísima Trinidad. Así como el Hijo procede del Padre, también el Nuevo Testamento procede del Anti­guo, y como el Espíritu procede de ambos, del Padre y del Hijo, de la misma manera sólo puede llegarse a una recta interpretación de las Escrituras partiendo de ambos testa­mentos. Así es como, según Gioacchino, debe interpretar­se el rapto de Pablo hasta el tercer cielo (2 Co 12, 2). Y es así también como se llega a una referencia explícita del verdadero sentido espiritual en la interpretación de las Es­crituras. Miguel Ángel, al pintar los paneles de la bóveda, no sólo se preocupó por ilustrar la historia en sentido literal, sino que también decidió aña­dir nuevos detalles que permitieran comprender el verda­dero sentido espiritual de las escenas representadas.

El proyecto de la bóveda se realizó en dos fases. En la primera fase, es evidente que Miguel Ángel tenía pensado realizar los paneles de la Torá como trípticos, es decir, como un panel dividido en tres partes que explicara cada una de las historias de la franja central. Hoy en día es posible observar que la historia de la Creación anterior a la humanidad tiene tres paneles, lo mismo sucede con la historia de Adán y Eva, y con los últimos tres de Noé. En un tríptico clásico, la parte del clímax ocupa siempre el panel central de mayor tamaño, y las partes «secundarias» de la historia aparecen en los dos paneles laterales más pequeños. Una rápida ojeada al fresco de la pechina de Ester nos dará una idea de cómo funcionaba: el clímax se produce con la ejecución de Amán y se sitúa en la sección central, mientras que los hechos que llevan a él —la acusación de Ester y el recuerdo del rey de la ayuda de Mordecai— flanquean a lado y lado el cadáver de Amán. Miguel Ángel empezó trabajando siguiendo el estilo del tríptico con la escena de Noé: el clímax de su historia es el Diluvio, que ocupa el panel intermedio de mayor tamaño. Está flanqueado a ambos lados (abajo y arriba) por dos sucesos menos conocidos acontecidos después del Diluvio: la construcción del primer altar de la historia para dar gracias por haber sobrevivido al Diluvio y la invención de los viñedos por parte de Noé y su posterior embriaguez.

·La Embriaguez de Noé

·El Diluvio Universal

·El Sacrificio de Noé

·El Pecado Original y la Expulsión del Paraíso

·La Creación de Eva

·La Creación de Adán

·Separación de las aguas

·Creación del Sol, la Luna y las plantas

·Separación de la luz y las tinieblas

·La interpretación Judía

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